Estamos acostumbrados a consumir el trigo en forma de harina, pan, pasta, etc... pero el grano entero, la semilla también se pueden comer, el germen y el salvado, todo junto, tal y como se recoge del trigal, puede consumirse cocido como si fuera arroz.
De aspecto es muy similar al arroz, pero su sabor recuerda al de la pasta, se trata de un trigo tierno, en su forma más pura, sin adulterar. Sus propiedades, son las del trigo integral, vitaminas del grupo B, magnesio y proteínas. esenciales para la salud del sistema nervioso, y para metabolizar los nutrientes, incluidos los hidratos de carbono, es un alimento muy equilibrado, adecuado para todo tipo de personas (excepto alérgicos al gluten) y dietas, apto para las persona diabéticas, aporta grandes cantidades de energía.
Para cocinar este trigo, se requieren tres medidas de agua por una de trigo, con un poco de aceite de oliva en el fondo de la olla, para que no se peguen. Podéis encontrar trigo natural o trigo precocinado, si usáis el natural, previamente tendréis que dejarlo en remojo el día antes de cocinarlo.
2 zanahorias
1 taza de trigo
3 tazas de caldo de verduras
2 zanahorias
250 gr. carne picada pollo
Salsa de tomate
1 cebolla
Aceite de oliva VE
1 cucharadita de cúrcuma
1 cucharada de perejil
1. El primer paso será cocinar el trigo, hervimos el caldo de verduras con el trigo, cuando empiece a hervir añadimos la cúrcuma, las zanahorias troceada y aceite de oliva, un chorrito, echamos el trigo, cocinamos durante 15 minutos. Reservamos.
2. Preparamos la boloñesa, en una sartén, sofrimos la cebolla picada con un poquito de aceite, añadimos la carne picada y el perejil, cuando esté cocinada la carne, añadimos la salsa de tomate, dejamos cocinar a fuego lento, cinco minutos.
3. Servimos caliente, el trigo como base y la boloñesa encima,
Una receta diferente con ingredientes diferentes, lo bueno de viajar, es la oportunidad que tenemos de conocer otras culturas, otras gastronomías, otros sabores, y adaptarlos a nuestra dieta.
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